01/08/11
La Ciudad depende de Nación para encarar obras por más de u$s 1.400 millones
Mauricio Macri tiene motivos para celebrar en el plano político luego de la victoria de ayer, pero también en el económico, dado que la Ciudad de Buenos Aires cortó el año pasado la sucesión de ejercicios con déficit primario y obtuvo un exiguo saldo favorable de $ 300 millones.
Aún así, deberá ingeniárselas para convencer al futuro gobierno nacional, cualquiera sea su extracción política, de que le otorgue los avales necesarios para acudir a los organismos internacionales de crédito que le faciliten fondos destinados a solventar las obras públicas que más le importan a los vecinos. Si bien se trata de simples garantías de pago en rigor, el dinero para solventar las obras debería salir de las arcas metropolitanas, y no de la Nación, hasta el momento el gobierno de Cristina Fernández evitó otorgarlas y así frenó emprendimientos que le hubiesen dado a Macri un impulso adicional. Si la nueva gestión del PRO no consigue el visto bueno de la Nación, es casi seguro que culminará el futuro mandato sin concretar las promesas más rutilantes de la campaña. En diálogo con El Cronista, el titular de la cartera de Hacienda porteña, Néstor Grindetti, en un alto de su campaña por la intendencia de Lanús, lo explicó en estos términos: Hasta ahora no pudimos avanzar más con los subtes por falta de avales, que los tiene que dar el Estado nacional. Pero creo que en este mandato, cualquiera sea el gobierno, los vamos a tener, porque de lo contrario Nación se pone en contra a los vecinos de la Ciudad. En su campaña anterior Macri prometió la construcción de 10 kilómetros de subte por año, algo que no ocurrió. Y en el kirchnerismo lo acusan de haber hecho sólo 450 metros. Mientras tanto, la falta de entendimiento a ambos lados de la Plaza de Mayo por la falta de avales pusieron en el freezer la realización de la línea G de subtes, un trazado de 12 kilómetros que va desde Villa del Parque hasta Retiro y demandará un desembolso cercano a los u$s 1.400 millones. Para Grindetti será fundamental contar con el apoyo del Estado. Un organismo multilateral de crédito, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o la Corporación Andina de Fomento (CAF) prestan a 20 años y a tasa subsidiada, recordó. La gestión de Macri continuará con la colocación de deuda por cuenta propia para avanzar en obras de menor porte. Cuando tengan definido el plan de obras públicas para los próximos cuatro años, enviará a la Legislatura un proyecto para colocar hasta u$s 500 millones en bonos. Pero una parte de su destino se definirá en la mayor economía del mundo: si Estados Unidos entra en default, en el entorno de Macri estiman que la tasa se disparará y no piensan convalidar un número por encima del dígito. De todas formas, la mayoría de los analistas son escépticos con respecto a la posibilidad de que la administración de Barack Obama se declare en cesación de pagos, y confían en que se alcanzará una solución, aunque sea con unos días de demora. Vamos a ver cuándo salimos, es la frase que utiliza Grindetti para poner suspenso a la colocación. Además, el gobierno porteño tiene fondos de una colocación anterior para avanzar en la demorada ampliación de la línea H. El responsable de las cuentas porteñas jura y perjura que no hay subjecución presupuestaria, una de las críticas que le llueven desde la oposición. Todos los presupuestos se ejecutaron al 97%. Pero la oposición de agarró de una venta de terrenos que estaba destinada a obras en escuelas para acusarnos de demoras, concluyó. (El Cronista)